Hoy hemos asistido, emocionados, al entierro de Andrés IBÁÑEZ CASTAÑER, el último campanero de la Catedral de Segorbe. Vimos como llegaba su féretro, acompañado de familiares y amigos, desde la torre, mientras sonaban las campanas, sus campanas, un último tejido en su memoria.
Andrés fue, efectivamente, el último campanero tradicional de Catedral de la Comunitat Valenciana; aunque muchos otros seguimos tocando, ya no somos campaneros antiguos ni tradicionales, sino nuevos campaneros, viviendo las campanas y los toques de una manera mucho más diferente.
Andŕes correspondía plenamente al modelo de "portador de conocimiento" según la UNESCO, es decir aquella persona que conoce una tradición y la practica. Pero su papel no acabó ahí, en absoluto: siguiendo ese modelo ideal transmitió por escrito, mediante la palabra y sobre todo enseñando y practicando aquello que había aprendido de sus padres y de los padres de sus padres. Una tradición gloriosa y sonora que pudo desaparecer, por mecanizaciones o abandonos, y que Andrés supo practicar y transmitir.
Fue uno de los iniciadores de la primera asociación de campaneros de la Comunitat Valenciana, "los Amigos de las Campanas de Segorbe" en 1984, y con ellos participó en la creación del "Gremi de Campaners Valencians", junto con los futuros "Campaners de la Catedral de València", en lo que sería el germen de múltiples asociaciones, y de una nueva y todavía incipiente "Federación Valenciana de Campaneros".
Los toques que transmitió fueron reconocidos por la Generalitat Valenciana como "Bien Inmaterial de Interés Cultural", el mayor grado de reconocimiento y de protección que otorga la legislación valenciana.
Pero sobre todo enseñó a los que ahora nos consideramos sus sucesores, unos campaneros nuevos que vivimos con pasión las campanas, que queremos practicar los toques que él nostrasmitió, y que esperamos a nuestra vez pasarlos a las generaciones futuras, a los hijos de nuestros hijos.
Gracias, Andrés, por enseñarnos, por acompañarnos, por guiarnos.
¡Descansa en paz!