Pocas horas después de que suceda lo propio en la Basílica de San Pedro del Vaticano, la Catedral-Basílica de Segorbe acogerá hoy un solemne funeral de despedida del Papa Juan Pablo II, cuyo fallecimiento ha sido recordado y llorado diariamente en la ciudad por el conjunto sonoro del primer templo de la diócesis.
El oficio religioso, del que apenas han trascendido detalles, está a la altura de una diócesis tan antigua como la de Segorbe que, a mitad del pasado siglo XX, pasó a ser bicéfala al convertirse en Segorbe-Castellón.
Las lastimeras voces de bronce del campanario de la catedral anunciarán anticipadamente la celebración del funeral del Papa, por el que las campanas han tocado todos los días desde que se produjera su fallecimiento con un toque especial de réquiem iniciado con «24 dranes» .
Los toques, que han sonado todos los días a las 12 y a las 20 horas, han corrido a cargo de la Asociación Amigos de las Campanas de Segorbe, promotores de la creación de la Agrupación del Gremio de Campaneros de Valencia. El toque especial, que sólo se utiliza para señalar la muerte de el Papa, el Rey o el Obispo diocesano, empieza con tres vuelos separados de las tres campanas mayores, las llamadas de la Esperanza, San Mauro y Nuestro Señor.
Las actas del I Congreso de Campaneros de Europa, celebrado en el año 1991 en Segorbe, especifican con detalle cómo debe de ser este toque especial que empezará con «el vuelo de la campana de La Esperanza. Se la dejará de pie y sin vuelta alguna de cuerda. Lo mismo se hará con la de San Mauro y luego con la de Nuestro Señor».
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