Los hubo para los políticos, para los medios de comunicación, para el cura y para las autoridades civiles y militares, para muchos recién nacidos y para otros tantos entrados ya en años.
Se entonaron en honor a los que se acaban de sacar el carné de conducir, para los recién casados, para que pongan a algún muchacho en la residencia de ancianos... así hasta un total de 80 repiquetes sonaron en la noche de santa Águeda en Autol gracias a una tradición que desapareció en los años 60 y que hace más de 20 años recuperó la cofradía del Santísimo Sacramento; una tradición que se remonta al siglo XVII, cuando los monaguillos del pueblo subían al campanario para ganarse unas monedas dedicando coplillas a los vecinos acompañadas del baile del badajo contra el hierro.
Así, la torre de la iglesia de San Adrián y Santa Natalia competía en importancia con los Picuezos iluminados y volvía a convertirse en el centro de una de las tradiciones más antiguas de este municipio, una de ésas que nadie quiere perderse (ya hace años que Radio Autol la retransmite en directo) a pesar de ser viernes por la noche, haberse lanzado el chupinazo un par de horas antes y quedar mucha fiesta por delante.
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