La peza do mes del Museo Arqueológico Provincial es, en el presente abril, un conjunto de antiguas campanillas litúrgicas. Esas mismas campanillas que, al subrayar los supremos ritos de la Misa a lo largo de la historia, dieron lugar, en el lenguaje coloquial, a la expresión de campanillas que se aplica -como recoge la docta explicación del Museo- «para aludir a unha circunstancia moi relevante ou para designar a una persona importante».También explica el Museo que «o soar das campaíñas e das campás forma parte de nosos recordos».
Rosalía de Castro decía de las campanas de la Parroquia de San Xiao de Bastavales: «Campanas de Bastavales, / cando vos oio tocar, / mórrome de soidades» ( Cantares gallegos ). Y, en su último y genial libro de poesía en gallego, Follas Novas , entonaba -«al toque d'alba»- aquel rotundo ¡Adiós! -que era un anticipado adiós a la vida-: «Adios! montes e prados, igrexas e campanas». Los llamaba «vidas d'a miña vida, anacos da's entrañas». Para ella, la campana catedralicia santiaguesa era una «mensaxeira d'a aurora».