La campana Sant Jaume es la mayor de las cinco que cohabitan lo alto de la torre de la iglesia de Alcanalí. Pese a ser la principal, es la campana más moderna, ya que fue fundida en 1911, mientras que otras dos fueron fundidas en 1806 y la más antigua, de estilo gótico, en el año 1411.
No obstante, la campana Sant Jaume, es la más estropeada, porque es la más sonora y la que más ha tañido a lo largo de los 95 años de existencia.
Ayer, los más viejos de la población de la Vall del Pop, recordaban lo que les habían transmitidos sus padres. Según sus comentarios la Sant Jaume, que tiene adosada una preciosa imagen de la Virgen de los Desamparados, fue fundida frente al templo parroquial, ante la mirada de todos los vecinos.
Para su realización, recuerdan, se construyó un molde en la plaza del pueblo y a mazazos trocearon la antigua campana que estaba muy deteriorada. Allí, se avivó el fuego y la fundición dio vida a Sant Jaume, de 343 kilogramos y que ha presidido hasta hoy el campanario de la Nativitat de Santa María.
Hace unos años, con la remodelación de la plaza de la Iglesia, centro social de la población, se removió el subsuelo y apareció parte de aquel molde que hizo posible crear la campana Sant Jaume.
Un vecino atesora en su casa, un trozo de la antigua campana que se refundió, posiblemente del siglo XV, y ayer lo exhibió para mostrarlo a sus convecinos. El vecino destacó el fabuloso sonido que conserva el metal, “si la cuelgas de un hilo y la golpeas, todavía conserva un timbre que no lo tienen las campanas que hacen hoy en día”, señaló.
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