| Descripción |
El 24 de enero el pueblo festeja al santo con procesión. Es la que cuenta Juan Blas y Ubide en su cuento El milagro de Albudea, o sea, de Illueca. Pues bien, la procesión regresa a la iglesia, mientras las campanas repican. A esto, el badajo de una de ellas se desprende y cae sobre la plazoleta llena de gente. La confusión cunde entre los presentes y hasta los más airados echan la culpa al santo. Pero los vecinos descubren que el hombre muerto es un pastor de un pueblo vecino. Enseguida el alcalde manda pregonar lo sucedido y tra él un aplauso y un clamor general recorren la villa. ¨¡Milagro! ¡Milagro! ¡s´ha caído el badajo y ha matau un forastero! ¡Milagro! ¡Milagro!¨. TOBAJAS y GALLEGO (2006) |
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